Núcleo de hierro relleno de cáñamo.
Cabeza de terracota, manos y pies de terracota.
Ojos de cristal pintados en la parte trasera.
Vestido de seda cosido a mano.
Accesorios: col de terracota modelada y pintada a mano.
La escultura del personaje del belén napolitano, que representa a una anciana noble con repollo o con una cesta, evoca una fascinante mezcla de elementos históricos, culturales y emocionales. La figura de la anciana noble trae consigo un sentido de historia y tradición, sugiriendo una conexión con un pasado rico en experiencias y vicisitudes.
La escultura transmite emociones a través del rostro de la figura, podría ser un rostro marcado por el tiempo, con arrugas profundas que cuentan historias de vida vivida. Los ojos pueden reflejar la sabiduría adquirida a lo largo de los años, transmitiendo una sensación de calma y aceptación. La boca curva muestra una ligera melancolía, lo que sugiere una profunda conexión con el pasado.
La col o la cesta, elementos aparentemente poco usuales en esta escena, aportan un toque de humor y originalidad. Deben interpretarse como una referencia a las alegrías sencillas de la vida cotidiana, un símbolo de la tierra y su generosidad, o como un significado simbólico más profundo, quizás vinculado a las tradiciones culinarias de la zona.
La escultura en su conjunto crea una atmósfera de nostalgia y autenticidad, capturando la esencia de la vida y la cultura napolitanas. La combinación de detalles realistas y elementos fantásticos característicos de los belenes napolitanos hace que la escultura sea única y fascinante, suscitando emociones de asombro, respeto y quizás un toque de alegría.